Fangirling
¡Hello! Aquí nos encontramos un nuevo día y sí, me vuelvo a disculpar y sí, si sigo haciéndolo lo único que haré cada día de mi vida será disculparme con ustedes por mi repetida ausencia por estos lares pero hoy es el primer día del resto de mi vida. O, lo que viene siendo, el primer día de mis vacaciones = el último día de clases.
Oficialmente, soy libre. ¡Como el sol cuando amanece, yo soy libre, como el mar! Me encanta que lo hayan leído cantando. La cuestión es que he vuelto y, tachán. Nuevo reto.
No le daré vueltas al "oh dios, que vida más complicada, menudo reto."
¡VOY A ENCONTRARME CON TOM HIDDLESTON EN UN RESTAURANTE!
Cuando una está dispuesta a vender su alma por poco para esta clase de concursos pero sabe que son del estilo "siempre le tocan a cualquier otra persona", pues se apunta con excepticismo. Es la norma, así es la vida. Clásico concurso/sorteo de "¿Quieres tener una cena con la estrella de tu vida? Pues entonces..." Y pues entonces... y aquí estoy.
...
Es muy probable que me haya muerto en algún momento o en realidad esté en algún hospital esperando a salir del coma. Por favor, doctores y enfermeras que monitorizan mis pulsaciones, no me va a dar un paro cardíaco, ni una taquicardia, no me despierten. ¡No me despierten! Estoy sudando, va a ser un desastre.
— ¿Te quieres calmar? —Miré a Mónica.
— Claro, como no eres tú la que va a encontrarse con un dios hecho hombre —oh, por favor, mi voz está a dos octavas de que solo me oigan los murciélagos.
Mónica frenó delante del restaurante y me miró.
— Cálmate, ve y disfruta por todas las mujeres del mundo que te estamos envidiando.
La miré muy mal.
— Sin presiones.
Se rio.
Me bajé y caminé hacia el restaurante como quien se dirige al matadero. Quién diría que algo tan deseado, soñado y esperado como puede ser la cena con una estrella de cine puede estar a punto de causar un síncope. Me froté un poco las manos contra los lados del vestido para que no me sudaran las palmas y entré en el edificio.
Dije mi nombre al camarero y caminé despacio pero con seguridad que lo último que me faltaba era caerme delante de él. ¡Menuda estampa! Sería una estúpida. Me estoy poniendo roja. No puedo tragar. Se me está secando la garganta. Estoy entrando en pánico. Y...
Oh... Que guapo es... Es... Es altísimo. Y huele tan bien... pero tanto. Oh, y que azules son sus ojos, las fotos no le hacen justicia y el photoshop tampoco, todo eso es una caca. Jo...
— Buenas noches —ains... que voz...— Tu debes ser Tamara.
Sonreí pero acto seguido sucedió el horror. Una carcajada estúpida surgió de lo más hondo de mi pecho. De esas que hacen dudar que sepas sumar dos y dos. De esas de dientes para afuera, taparte la boca con la mano y ocultarte por el resto de la eternidad en una cueva. ESA risita. La mano sudada, la voz de murciélago, la caída por el tacón, todo eso hubiera sido mejor a que lo primero que escuchase de mi boca fuera la risa de una estúpida. Oh dios, que va a pensar que le tocó cenar con alguna psicópata.
Ojalá pudiera ir a esconderme como un avestruz. Me puse roja como un tomate. Peor, no se cual es el grado máximo del rojo, es posible que lo haya superado.
— Si... Soy... yo.
¡Espero que les haya gustado! Volveré más seguido y con novedades. Como están viendo, puse un botón a la derecha para que vuelvan a subir cuando bajen mucho y tienen un menú de navegación para ir a distintas secciones (52 retos para ver todos los que estén relacionados, relatos para cosas variadas, próximamente habrá más, no revelaré todas las sorpresas). Les recuerdo que a mi diestra tengo el botón de seguidores. ¡Los adoro! Nos vemos.
Oficialmente, soy libre. ¡Como el sol cuando amanece, yo soy libre, como el mar! Me encanta que lo hayan leído cantando. La cuestión es que he vuelto y, tachán. Nuevo reto.
#7 - Escribe una historia ficticia sobre un encuentro con una celebridad en un restaurante.
No le daré vueltas al "oh dios, que vida más complicada, menudo reto."
Fangirling
«Por vigésima vez me paso las manos por el cuello mientras intento
conservar la calma. Es absolutamente imposible. No hay forma de que mi corazón
se mantenga en el sitio, que mi mente permanezca callada que todo mi cuerpo no
me boicotee.
¡VOY A ENCONTRARME CON TOM HIDDLESTON EN UN RESTAURANTE!
Cuando una está dispuesta a vender su alma por poco para esta clase de concursos pero sabe que son del estilo "siempre le tocan a cualquier otra persona", pues se apunta con excepticismo. Es la norma, así es la vida. Clásico concurso/sorteo de "¿Quieres tener una cena con la estrella de tu vida? Pues entonces..." Y pues entonces... y aquí estoy.
...
Es muy probable que me haya muerto en algún momento o en realidad esté en algún hospital esperando a salir del coma. Por favor, doctores y enfermeras que monitorizan mis pulsaciones, no me va a dar un paro cardíaco, ni una taquicardia, no me despierten. ¡No me despierten! Estoy sudando, va a ser un desastre.
— ¿Te quieres calmar? —Miré a Mónica.
— Claro, como no eres tú la que va a encontrarse con un dios hecho hombre —oh, por favor, mi voz está a dos octavas de que solo me oigan los murciélagos.
Mónica frenó delante del restaurante y me miró.
— Cálmate, ve y disfruta por todas las mujeres del mundo que te estamos envidiando.
La miré muy mal.
— Sin presiones.
Se rio.
— Sin presiones. Ahora fuera de mi coche.
Me bajé y caminé hacia el restaurante como quien se dirige al matadero. Quién diría que algo tan deseado, soñado y esperado como puede ser la cena con una estrella de cine puede estar a punto de causar un síncope. Me froté un poco las manos contra los lados del vestido para que no me sudaran las palmas y entré en el edificio.
Dije mi nombre al camarero y caminé despacio pero con seguridad que lo último que me faltaba era caerme delante de él. ¡Menuda estampa! Sería una estúpida. Me estoy poniendo roja. No puedo tragar. Se me está secando la garganta. Estoy entrando en pánico. Y...
Oh... Que guapo es... Es... Es altísimo. Y huele tan bien... pero tanto. Oh, y que azules son sus ojos, las fotos no le hacen justicia y el photoshop tampoco, todo eso es una caca. Jo...
— Buenas noches —ains... que voz...— Tu debes ser Tamara.
Sonreí pero acto seguido sucedió el horror. Una carcajada estúpida surgió de lo más hondo de mi pecho. De esas que hacen dudar que sepas sumar dos y dos. De esas de dientes para afuera, taparte la boca con la mano y ocultarte por el resto de la eternidad en una cueva. ESA risita. La mano sudada, la voz de murciélago, la caída por el tacón, todo eso hubiera sido mejor a que lo primero que escuchase de mi boca fuera la risa de una estúpida. Oh dios, que va a pensar que le tocó cenar con alguna psicópata.
Ojalá pudiera ir a esconderme como un avestruz. Me puse roja como un tomate. Peor, no se cual es el grado máximo del rojo, es posible que lo haya superado.
— Si... Soy... yo.
Ahora a intentar ser normal. Que noche más larga me espera.»
¡Espero que les haya gustado! Volveré más seguido y con novedades. Como están viendo, puse un botón a la derecha para que vuelvan a subir cuando bajen mucho y tienen un menú de navegación para ir a distintas secciones (52 retos para ver todos los que estén relacionados, relatos para cosas variadas, próximamente habrá más, no revelaré todas las sorpresas). Les recuerdo que a mi diestra tengo el botón de seguidores. ¡Los adoro! Nos vemos.
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