Sed de Venganza

¡Buenos días! Espero que todo el mundo esté listo para disfrutar de un exclente sábado y un maravilloso fin de semana. El relato de hoy fue extraído del Baúl de los Recuerdos (aunque tras necesitar un par de días de pulido debería haberlo llamado el cajón desastre). Siempre le tuve cariño a este relato.

Sed de venganza


«Cada noche recorro las calles hambrienta, sintiendo una sed que me consume por completo. Me muevo por oscuros callejones en los que solo resuena el roce de mi capa y los gritos desesperados de familias desgraciadas.

Hace años que nada me motiva, nada me estimulaba... Pero este renacer ha supuesto un cambio, me ha otorgado aquello que siempre deseé...

¡AHORA SOY UN DIOS!

Una mortal convertida en divinidad tras el beso mortífero. Una noche que trastocó la existencia, que produjo la metaformofosis de mi ser: ahora el único sabor que no se tornaba en cenizas en la boca era el de la sangre. Ardía, dulce y amarga, con un éxtasis de vitalidad corriendo por las venas devolviéndome el calor de la vida y multiplicando por diez mis fuerzas. Solo pensar en ella produce una necesidad que me destroza...

No puedo dejarme llevar por la sed. No soy un monstruo, no sería justo arrebatar la vida a los inocentes. Una vez fui uno de ellos. A menos que...

Sí... Podría...


Quizá podría beber de aquellos que carecen de esperanza, de los que no merecen vivir. Es una solución. Aunque antes no fuera juez para dictar sentencia ahora poseo el poder de mil ejércitos en mi puño. De esa forma podré vengar a quien lo requiera y...

¿Vengar? ¿He dicho "vengar"?

Sí, es la palabra más adecuada para mi nuevo cometido. Justicia y venganza, ésta es mi nueva decisión. Y sé por donde debería comenzar.


...


Hace semanas que no me alimento. Siento como mis fuerzas flaquean, como el poder que percibo como divino disminuye pero no me importa. Mi presa se encuentra cerca, cada vez más. Puedo olerlo, su miedo me es tangible y me impulsa, conoce las amenazas, sabe quién soy.

Su olor me enloquece, esa sangre caliente llena de adrenalina que destila pánico por cada uno de sus poros, que deja un rastro de muerte por donde va. Otras personas que caminan por la calle se cruzan en mi camino y se alejan aterrorizadas. No deberían temerme, hoy no soy el monstruo que los atacará... Hay otras criaturas peligrosas en la noche de las que preocuparse.

No, hoy solo quiero beber tu sangre.

Quiero sentir como con cada trago que te luchas, como tus latidos disminuyen y tu fuerza vital pasa a ser mía. Quiero sentir tu vida escapándose en cada gota de sangre y tu cuerpo frío entre mis manos. Quiero ser el jurado, juez y verdugo de tu condena por lo que me hiciste pasar durante tanto tiempo, por esa condena que me mató en vida, que me llevó a la nada, a ser solo un fantasma de lo que fui. Quiero que pruebes ese dolor y te asfixies.

Hoy seré yo quien te condenará a una eternidad de tortura y sufrimiento.

Pero no te alegres soñando en tu ignorancia que podrás ser inmortal... No, tesor. Jamás te otorgaría ese placer. Esta noche serás mi presa y me encargaré de que no tengas paz ni reposo, que no recuerdes el significado de la clemencia hasta que me supliques.

La vista se me nubla del agotamiento pero mi objetivo está más claro que nunca: esta noche no habrá sonrisas, solo habrá lágrimas y sangre.

Esta noche saciaré mi sed de venganza


Espero que les haya gustado. Como siempre, estoy abierta a sugerencia de nuestros relatos, ideas, relatos. Mañana más y mejor. ¡Saludos!

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