Condenada (III) - Cacería
¡Buenas noches ! No estaba muerta, estaba de vacaciones disfrutando del sol y la playa. Mis más sinceras disculpas desde mi bronceado corazón. Vuelvo con la continuación de uno de los relatos: Condenada.
Aquí les dejo los enlaces de las partes anteriores. Dado el tiempo que ha pasado entre una publicación y otra (de nuevo, mil disculpas) recomendaría una relectura. Eso ya a nivel personal, luego ya el usuario...
«—Te has entrenado toda tu vida para este momento.
La joven se encontraba frente al espejo de su habitación y enfundaba en la cartuchera de su pierna derecha la daga. Era de hierro puro, fundida y moldeada tantas veces que con el menor roce podía producir un corte profundo. Ajustó el ligero y dejó caer el vestido. Alzó la vista para contemplar a su maestro por el reflejo.
— Lo sé. No fallaré.
— Por tu bien y el de todos, no lo hagas.
La joven puso los ojos en blanco y volvió a la tediosa tarea de acomodar los pliegues de la falda. Debía estar deslumbrante, hermosa: única y radiante para la criatura. Como un trozo de carne fresca y jugosa que atrajera al lobo a la trampa.
— Evita su mirada, acércate y sé eficaz. No importa si tienes que matarlo delante de todos. Limítate a hacerlo. Habrá tiempo de sobra para huir cuando esté muerto.
La muchacha asintió mientras se tanteaba el torso y el busto. ¿Debería ajustar más el corset? Chasqueó la lengua y finalmente negó. Se sentiría demasiado incómoda, había escogido un modelo con varillas que podrían clavársele en caso de saltar por la ventana. Como odiaba los vestidos.
— Todos los que están bajo su influjo lucharán y morirán por él mientras viva. No podrás convencerlos ni salvarlos. Es preferible que haya bajas entre sus lacayos a que todos perezcamos.
Enredó los dedos en su cabello y lo alzó, ladeando la cabeza para mirarse de perfil. ¿Suelto o recogido? Cogió dos varillas de madera con interior y punta de metal y en un hábil movimiento tenía el cabello recogido, Parte de la melena caía y algunos bucles enmarcaban su rostro.
— La única forma de matarlo es arrancándole el corazón. Todo lo demás que hagas será una forma de ganar tiempo por lo que deberás ser rápida. Muy rápida.
Cogió el perfume y con solo una gota en el dedo corazón, mojó detrás de las orejas, en las muñecas y entre sus pechos. Su maestro la tomó del brazo, obligándola a girarse y clavó en ella sus ojos.
— ¿Has prestado atención?
— Si, como todos estos años —la joven cazadora sonrió y le dio un beso en la mejilla a su maestro, aquel que era como un padre—. Todo saldrá bien.
El hombre negó lentamente.
— Eres demasiado confiada, hija mía
La muchacha se volvió a girar hacia el espejo para poder colocarse los pendientes adecuados. Su atuendo había sido estudiado cuidadosamente, fruto de todas las víctimas que la criatura había dejado a su paso. Tenía que ser perfecta. Él no tenía que dudar en acercarse, así ella solo tenía que clavar sus armas y arrancarle el corazón.
— ¿Qué le dirás si te pregunta tu nombre?
Agotada, suspiró y se acomodó un bucle rebelde al tiempo que comprobaba su maquillaje.
— Sonreiré, miraré el suelo para que nuestros ojos no se encuentren y le diré que me llame R...
El golpe la pilló desprevenida. Fue seco, duro y directo a las varillas del corset que se clavaron en sus costillas. Se giró hacia su maestro más sorprendida que dolorida mientras notaba como la sangre se acumulaba bajo las capas de ropa, extendiendo el calor por la piel.
— ¿A qué ha venido eso?
— Jamás le des tu nombre real a la criatura. Será tu último bastión de seguridad, así podrás permanecer a salvo y no tendrá poder sobre ti. ¿Me has oído? ¡JAMÁS!
La vehemencia del anciano hizo mella en la joven cazadora. Asintió con cierta culpa, como cuando no era más que una niña.
— De acuerdo... Le diré que me llamo Adelaine.
La cazadora, ahora bautizada Adelaine, terminó de preparar su vestuario de guerra, lista para el baile.»
Espero que les haya gustado. Les prometo que mañana más y mejor. Los comentarios son siempre bien recibidos, con mucho amor, purpurina y cosas maravillosas. ¡Un saludo!
Aquí les dejo los enlaces de las partes anteriores. Dado el tiempo que ha pasado entre una publicación y otra (de nuevo, mil disculpas) recomendaría una relectura. Eso ya a nivel personal, luego ya el usuario...
Condenada III
Cacería
«—Te has entrenado toda tu vida para este momento.
La joven se encontraba frente al espejo de su habitación y enfundaba en la cartuchera de su pierna derecha la daga. Era de hierro puro, fundida y moldeada tantas veces que con el menor roce podía producir un corte profundo. Ajustó el ligero y dejó caer el vestido. Alzó la vista para contemplar a su maestro por el reflejo.
— Lo sé. No fallaré.
— Por tu bien y el de todos, no lo hagas.
La joven puso los ojos en blanco y volvió a la tediosa tarea de acomodar los pliegues de la falda. Debía estar deslumbrante, hermosa: única y radiante para la criatura. Como un trozo de carne fresca y jugosa que atrajera al lobo a la trampa.
— Evita su mirada, acércate y sé eficaz. No importa si tienes que matarlo delante de todos. Limítate a hacerlo. Habrá tiempo de sobra para huir cuando esté muerto.
La muchacha asintió mientras se tanteaba el torso y el busto. ¿Debería ajustar más el corset? Chasqueó la lengua y finalmente negó. Se sentiría demasiado incómoda, había escogido un modelo con varillas que podrían clavársele en caso de saltar por la ventana. Como odiaba los vestidos.
— Todos los que están bajo su influjo lucharán y morirán por él mientras viva. No podrás convencerlos ni salvarlos. Es preferible que haya bajas entre sus lacayos a que todos perezcamos.
Enredó los dedos en su cabello y lo alzó, ladeando la cabeza para mirarse de perfil. ¿Suelto o recogido? Cogió dos varillas de madera con interior y punta de metal y en un hábil movimiento tenía el cabello recogido, Parte de la melena caía y algunos bucles enmarcaban su rostro.
— La única forma de matarlo es arrancándole el corazón. Todo lo demás que hagas será una forma de ganar tiempo por lo que deberás ser rápida. Muy rápida.
Cogió el perfume y con solo una gota en el dedo corazón, mojó detrás de las orejas, en las muñecas y entre sus pechos. Su maestro la tomó del brazo, obligándola a girarse y clavó en ella sus ojos.
— ¿Has prestado atención?
— Si, como todos estos años —la joven cazadora sonrió y le dio un beso en la mejilla a su maestro, aquel que era como un padre—. Todo saldrá bien.
El hombre negó lentamente.
— Eres demasiado confiada, hija mía
La muchacha se volvió a girar hacia el espejo para poder colocarse los pendientes adecuados. Su atuendo había sido estudiado cuidadosamente, fruto de todas las víctimas que la criatura había dejado a su paso. Tenía que ser perfecta. Él no tenía que dudar en acercarse, así ella solo tenía que clavar sus armas y arrancarle el corazón.
— ¿Qué le dirás si te pregunta tu nombre?
Agotada, suspiró y se acomodó un bucle rebelde al tiempo que comprobaba su maquillaje.
— Sonreiré, miraré el suelo para que nuestros ojos no se encuentren y le diré que me llame R...
El golpe la pilló desprevenida. Fue seco, duro y directo a las varillas del corset que se clavaron en sus costillas. Se giró hacia su maestro más sorprendida que dolorida mientras notaba como la sangre se acumulaba bajo las capas de ropa, extendiendo el calor por la piel.
— ¿A qué ha venido eso?
— Jamás le des tu nombre real a la criatura. Será tu último bastión de seguridad, así podrás permanecer a salvo y no tendrá poder sobre ti. ¿Me has oído? ¡JAMÁS!
La vehemencia del anciano hizo mella en la joven cazadora. Asintió con cierta culpa, como cuando no era más que una niña.
— De acuerdo... Le diré que me llamo Adelaine.
La cazadora, ahora bautizada Adelaine, terminó de preparar su vestuario de guerra, lista para el baile.»
Espero que les haya gustado. Les prometo que mañana más y mejor. Los comentarios son siempre bien recibidos, con mucho amor, purpurina y cosas maravillosas. ¡Un saludo!
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